
¿En qué consiste el análisis químico del suelo?
Si queremos conocer las aptitudes de nuestro suelo para la producción vegetal, la herramienta principal sería su prospección y posterior análisis químico-físico.
¿Que instrumentos se necesitan para realizar un análisis de suelo?
Para realizar las analíticas de suelo, en Labiser, después de realizar una renovación muy importante de los equipos, se utiliza instrumental de medida de última generación como el ICP-OES (Espectrometría de masas de plasma) que mejora en sensibilidad a otros métodos analíticos como la espectroscopia de absorción atómica. Los macro y micronutrientes y la CIC se realizan por esta técnica.
También se utilizan pHmetros, conductímetros, valoradores, densímetros de Bouyoucos y digestores para realizar el método kjeldahl para determinar la concentración de nitrógeno por volumetría acido-base.
¿Qué parámetros se tienen en cuenta para el análisis de suelo?
Macro y Micronutrientes:
Esta es una de las partes que debemos decidir al encargar una analítica de suelo, generalmente hay diferentes tipos de parámetros que podemos solicitar, podríamos agruparlos en los siguientes:
Se describen más adelante.
Condiciones de habitabilidad del suelo:
Son características del suelo vitales para el desarrollo de la planta, las cuales, si no están dentro de los valores normales pueden provocar desde mermas productivas o de desarrollo, a incluso la muerte prematura de la planta. Entre estas condiciones está el pH, la conductividad eléctrica (salinidad) del suelo, materia orgánica, relación C/N y caliza activa.
Las condiciones pueden mejorarse mediante enmiendas, por ejemplo, elevar el pH del suelo mediante una enmienda caliza, o el riego en exceso para mejorar un suelo salino.
Caracterización del suelo:
Engloba la textura según la clasificación USDA, en ella tenemos el porcentaje de arena, limo y arcilla tiene el suelo, esto es muy importante, entre otras cosas, por las relaciones hídricas de la planta ya que un suelo con mucha arcilla retendrá mayor cantidad de agua que un suelo con mucha arena, en cambio el suelo con mucha arena drenará mejor y el suelo no se encharcará, así no se producirán problemas de pudrición de las raíces. Además de ello, los suelos con elevada cantidad de arcillas (de tipo expansivo) son más fértiles ya que retienen más cationes de cambio como el potasio, el magnesio o el calcio.
Otros índices:
La capacidad de intercambio catiónico (CIC) es la medida de la fertilidad de nuestro suelo y depende principalmente de la cantidad de arcillas de tipo expansivo y sobre todo de la materia orgánica que posee una alta CIC.
También puede haber índices de absorción de sodio y de sodio intercambiable, estas dos relaciones nos determinan si un suelo es sódico, si lo es, la planta tiene problemas en su desarrollo debido a que provoca falta de infiltración del agua por la dispersión de las partículas de arcilla que tapan los poros en el suelo, entre otros problemas.
Índices hidráulicos
Entre otras, podemos citar la capacidad de campo que es la cantidad de agua que es capaz de retener el suelo antes de infiltrarse, el punto de marchitamiento que es la cantidad de agua en el suelo por debajo de la cual la planta no puede tomarla, el agua útil que es la diferencia entre la capacidad de campo y el punto de marchitamiento que nos da la cantidad de agua disponible para las plantas.
Interpretación de un análisis de suelo agrícola
Tan importante es la analítica como una interpretación correcta de los resultados obtenidos, ya que, si la respuesta a los datos que refleja el estudio es errónea, la ventaja que supone poseer este instrumento se diluye e incluso puede resultar perjudicial.
Por ello, si nos decidimos a realizar una analítica de suelo, debemos tener claro que si no sabemos interpretarlo hay que dejarse asesorar por técnicos expertos en la materia.

Como realizar un análisis de suelo correctamente
¿Quiere enviarnos muestras? Es muy sencillo, pinche en el botón y le explicamos como hacerlo
Cronológicamente, la primera cuestión que debemos determinar es la forma de tomar la muestra, de manera, que esta sea representativa del terreno que queremos analizar.
Así que antes de realizar el muestreo debemos planearlo, y lo primero que debemos hacer es zonificar nuestra finca, es decir, establecer las zonas diferentes en las que podemos dividir el terreno para que cada una de las partes resulten lo más homogéneas posibles. Entre las características del suelo que podemos determinar para establecer la zonificación están la orografía del terreno (fondos de valle, pendientes altas, llanos, etc), el color del suelo (zonas más oscuras con mayor materia orgánica, color rojizo presencia de óxidos de hierro con buen drenaje, verdosos o azulados mal drenaje con acumulaciones de agua por presencia de hierro reducido, etc), o el tipo de vegetación existente, entre otras.
Una vez zonificado el suelo, en cada uno de los sectores definidos se establecerá un número de muestras representativo a tomar, para ello nos guiaremos por la superficie de cada sector, por ejemplo, si tenemos una superficie de zona de 3 Ha bastará con una muestra, si en cambio el sector tiene 10 Ha tenemos que plantearnos tomar al menos 2 o 3 de ellas.
Para garantizar la representatividad del muestreo, cada muestra estará compuesta a su vez por submuestras, es decir, si tenemos el sector definido anteriormente con 3 Ha de superficie, la muestra a realizar debe de estar compuesta por varias submuestras, y podríamos tomar una por hectárea hasta completar 3, las cuales van a formar la muestra a analizar, mezclándolas uniformemente. El resumen de esta primera parte es la siguiente:
1º Zonificación de la finca en parcelas homogéneas
2º Establecer número de muestras a tomar de cada parcela
3º Reflejar número de submuestras que componen cada muestra
El último punto preliminar, es ayudarse de un mapa para señalar los puntos donde muestrearemos, estos puntos pueden determinarse aleatoriamente siguiendo un itinerario, el punto central de una división de la zona, etc.
Tras el trabajo digamos de “oficina” tenemos que salir al campo a obtener la muestra, la operatividad es la siguiente:
1º En los puntos señalados, se retiran los 2-3 centímetros de la capa más superficial del suelo eliminando los restos más groseros de materia orgánica.
2º Se realiza una hendidura en el suelo en forma de V (si la muestra se toma con azada) y nos traemos la pared más próxima a nosotros. La profundidad de la V viene determinada por el cultivo que se encuentre en la parcela o el que se vaya a cultivar, siendo de unos 20 cm en herbáceas y anuales (trigos, cebada, girasol, etc) o de 30 cm en leñosas (olivar, cítricos, almendro, etc)
3º Mezclamos muy bien las submuestras recogidas de cada sector, tomando de cada mezcla 1,5 a 2 Kg. Etiquetamos la muestra con los datos adecuados para reconocer el lugar y se envía lo antes posible al laboratorio.
La última parte es la decisión de los parámetros que queremos que el laboratorio nos determine en nuestro suelo.
En esta página os enseñamos en profundidad como realizar el muestreo:
Metodología de Toma de Muestras de Suelo

¿Qué materia orgánica se analiza en el suelo?
La materia orgánica presente en el suelo puede tener un origen animal o vegetal, y son los restos de los mismos seres vivos o sus deyecciones en el caso de animales.
Estos restos ayudados sobre todo por las temperaturas (cuanto más elevada sea la temperatura más se transforma la materia orgánica) y diversos microorganismos del suelo, van evolucionando la materia orgánica humificándola primero y como último paso mineralizándola y poniendo los nutrientes a disposición de las plantas.
Además, la materia orgánica mejora las características físicas del suelo como la retención de agua y la estructura y las químicas como la mejora de la fertilidad.
¿Cuáles son los macronutrientes del suelo?
los nutrientes que están en mayor concentración en los tejidos vegetales, y que por tanto son más demandados por la planta para realizar multitud de funciones, los principales son: Nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, sodio y azufre. Sus funciones son muy variadas e importantes en la planta.
¿Cuáles son los micronutrientes del suelo?
Nutrientes que están en menor medida en los tejidos vegetales, aunque al igual que los macronutrientes, son esenciales. La planta los necesita en menor concentración. Los principales son: Hierro, boro, manganeso, zinc, cobre.
FERTILIDAD DE SUELOS AGRÍCOLAS
¿Quiere enviarnos muestras? Es muy sencillo, pinche en el botón y le explicamos como hacerlo
El suelo es un elemento ambiental bastante complejo formado por una gran variedad de minerales y de seres vivos, adoptando formas muy variadas. Principalmente su origen se debe a dos procesos básicos, esto es, pueden ser formados por la alteración de la roca en contacto con las condiciones atmosféricas, o también puede provenir de la acumulación de materiales en zonas bajas que ya habían sido en cierta forma alterados en lugares más elevados. Unos u otros con el paso del tiempo van sufriendo transformaciones de sus minerales y de la vida que desarrollan.
Las características de la roca madre de la que proviene el suelo, unidas a las condiciones climáticas soportadas a través de los tiempos, dan una configuración especial a cada uno de ellos. A todo esto hay que unir el papel tan importante que realizan los microorganismos y mesofauna del suelo meteorizando los minerales y poniendo los nutrientes a disposición de los vegetales. Es quizá esta la idea más sugerente para definir el suelo como la parte viva de la corteza terrestre donde se produce la transformación de la parte mineral en vida vegetal.
El objetivo más corriente en el que uno piensa a la hora de encargar un análisis de suelos es la fertilidad, es decir, conocer el contenido de nitrógeno, fósforo, potasio, materia orgánica y oligoelementos. No obstante hay otras posibles razones, como son el contenido en sales, carbonatos o sodio, pH, textura del suelo, etc. Estas son características que pueden afectar al desarrollo de nuestro cultivo y son tan importantes en una analítica como el contenido de nutrientes.

Dependiendo del cultivo la época de muestreo será diferente, así, en plantas herbáceas anuales es más adecuado realizar la analítica justo después de haber obtenido la cosecha, y realizarla todos los años. En cambio en leñosas es preferible hacerlo de Noviembre a Enero, cada 4-5 años y realizar uno inicial antes de establecer la plantación. Eso sí, nunca después de haber realizado un abonado, ya que distorsionaría los resultados.
La interpretación de los resultados resulta compleja, ya que no solo tenemos que contemplar las cantidades de nutrientes que hay en el suelo y compararlos con los niveles adecuados. Debemos integrar todos los datos obtenidos en la analítica ya que la disponibilidad de muchos nutrientes para las plantas están relacionados con parámetros físico-químicos como por ejemplo el pH.O puede que las condiciones de habitabilidad no sean las adecuadas para el normal desarrollo de las plantas, por ejemplo, si la conductividad eléctrica es alta significa que este suelo tiene una elevada salinidad, con estas circunstancias muchos cultivos no pueden desarrollarse de manera adecuada, dándose pérdidas en la producción que son más elevadas dependiendo de lo susceptible que sea la planta a la salinidad del suelo.
Los parámetros básicos en una analítica de suelo son la textura, el pH, la conductividad eléctrica, la materia orgánica y los nutrientes nitrógeno, fósforo y potasio. Con ellos nos podemos hacer una idea general de las aptitudes de nuestro suelo, y las necesidades más perentorias del mismo.No obstante, si lo que pretendemos es establecer una nueva plantación deberíamos completar la analítica con otros nutrientes, además de conocer la capacidad de intercambio cationico, la cantidad de sodio, si hay caliza activa, etc. Todo ello conociendo de antemano las necesidades que tienen las plantas que pretendemos establecer.

¿Quiere enviarnos muestras? Es muy sencillo, pinche en el botón y le explicamos como hacerlo
En definitiva, la analítica de suelo es un instrumento imprescindible a la hora de manejar adecuadamente un cultivo agrícola, conocer las características de nuestro suelo como soporte vital de la planta comporta, entre otros, un adecuado uso de los fertilizantes, enmiendas, etc que necesitamos para el adecuado desarrollo de la misma, e incluso nos ayuda a descartar especies no adecuadas al suelo donde se tendrían que establecer.