ANÁLISIS DE HOJA O DIAGNÓSTICO FOLIAR
El análisis foliar o análisis de hoja es un método muy adecuado para conocer las necesidades nutricionales de nuestro cultivo leñoso es el análisis foliar. En muchas de las plantas de interés económico de nuestro entorno (vid, olivo, cítricos, almendro, etc) está cada vez más arraigado realizar este tipo de analíticas entre los agricultores. La razón es el intento de obtener el máximo de producción utilizando la menor cantidad posible de fertilizantes, es decir, si conocemos las necesidades reales de nuestra planta solo aportaremos el abonado necesario (tanto en elementos como en cantidades) ahorrando costes inútiles y tratamientos que además son perjudiciales para el medio ambiente.






El contenido en nutrientes de las hojas depende de muchos factores, entre ellos el estado de desarrollo de la planta, las condiciones climáticas, la disponibilidad de nutrientes en el suelo, la distribución y actividad de las raíces.
El análisis foliar refleja la integración de todos esos factores en el momento del muestreo. Como los niveles críticos de cada elemento están establecidos previamente, basta comparar los resultados de los análisis con esos valores para determinar la deficiencia, adecuación o toxicidad de un elemento y, en consecuencia, tomar medidas para su corrección. Pero antes es necesario conocer en qué época se ha de tomar la muestra de hojas y cómo se realiza el muestreo.
El análisis foliar consiste en realizar un análisis químico de algunas hojas. Dependiendo del cultivo se tomarán las hojas en diferentes estadíos de su desarrollo vegetativo y en diferentes zonas de la planta, por ejemplo, en el olivo la época más adecuada para realizar la analítica es el mes de Julio, cuando el árbol está en parada y la zona de recogida sería la metida del año anterior en la mitad de la misma; además se recogería el limbo con su peciolo analizándose juntos. Sin embargo, en la vid algunos autores recomiendan analizar el limbo y el peciolo por separado y la época más adecuada varía según la fuente, para algunos es el envero y para otros el final de la floración.
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MACROELEMENTOS:
Nitrógeno. El nitrógeno forma parte de las proteínas, está presente en el núcleo de las células y es fundamental para el crecimiento de los tejidos. Aumenta la cantidad de clorofila y la capacidad de absorción de otros nutrientes.
Fósforo. El fósforo interviene en la división celular, además transporta la energía captada en la fotosíntesis (moléculas de ATP).
Potasio. Actúa en la formación de hidratos de carbono y grasas, así como en los procesos de asimilación, respiración y movimiento de agua en la planta. Está implicado en el proceso de apertura y cierre de los estomas en la hoja, por lo que es muy importante que la planta esté bien nutrida con este elemento en las épocas de estrés hídrico.
Magnesio. El átomo central de la molécula de clorofila es de magnesio, con lo cual queda de manifiesto su importancia. Además interviene en la síntesis de proteínas
Calcio. Fortalece la estructura de la pared celular, promueve el alargamiento celular, activa algunas enzimas y estimula el desarrollo de hojas y raíces. Aumenta la resistencia mecánica de los frutos.
MICROELEMENTOS
Hierro. Esencial para la formación de clorofila, constituye diversas enzimas.
Manganeso. Esencial en la respiración celular y en el metabolismo del nitrógeno. Tiene un papel estructural en los cloroplastos, influye en la formación de azúcares y de algunas hormonas vegetales (auxina). Es fundamental en la fotosíntesis (fotólisis del agua).
Zinc. Componente clave en algunas enzimas y proteínas, activando su síntesis. Interviene en la síntesis de hormonas.
Boro. Tiene un papel estructural en las paredes celulares, interviene en la síntesis de la lignina. Colabora con el transporte de azucares por la planta.
Cobre. Presente en diversas enzimas y proteínas, interviene en la fotosíntesis y en el metabolismo del nitrógeno y los azúcares.
En algunos casos se consideran los cloruros y el sodio, aunque la razón es que una concentración más elevada de lo normal en estos elementos produce fitotoxicidad en las plantas.
Podemos conocer visualmente carencias nutricionales en plantas, dichas carencias presentan síntomas muy evidentes en hojas, pero tienen una desventaja enorme frente a la analítica foliar, y es que normalmente, cuando estos síntomas aparecen la concentración del nutriente es muy baja, y por tanto la recuperación es más larga y difícil. Además alguno de estos síntomas puede confundirse con alguna enfermedad, sequía o la contaminación con herbicidas. El análisis foliar es una herramienta muy adecuada para corregir carencias, ya que, si detectamos cualquier deficiencia nutricional en la planta podemos aportar los elementos necesarios mediante abonado foliar o fertirrigación, y así enmendar cualquier carencia.
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