ABONADO NITROGENADO DEL SUELO Y LAS PLANTAS

ABONADO NITROGENADO DEL SUELO Y LAS PLANTAS

Dentro de los factores que afectan a la producción, por supuesto en primer lugar se encontraría el agua, pero aparte de esta obviedad, el nitrógeno es el principal elemento para tener en cuenta a la hora de la fertilización ya que es un constituyente básico de las proteínas, ácidos nucleicos, clorofilas, etc.

El nitrógeno es fundamental para el alargamiento de troncos, brotes y para la producción de frutos y follaje.

Normalmente, la concentración de nitrógeno en los suelos no es suficiente para que las plantas se desarrollen para dar respuesta a una agricultura competitiva y de calidad, por lo que hay que llevar a cabo una fertilización nitrogenada que sea capaz de completar al nitrógeno presente en el suelo de forma natural.

TIPOS DE NITRÓGENO (Orgánico, Amoniacal, Nítrico y Ureico)

La forma mayoritaria de nitrógeno que existe en la naturaleza es la orgánica, suponiendo entre un 90 – 98 % del total.

Esta forma de nitrógeno no puede ser tomada por la planta, sino que tiene que sufrir una serie de procesos bioquímicos hasta transformarse en ion amonio (NH4+ – nitrógeno amoniacal) o en ion nitrato (NO3 o nitrógeno nítrico). Estas dos formas de nitrógeno se denominan formas minerales o inorgánicas y son las preferidas por las plantas, principalmente la de nitrato.

Un problema que surge con esas dos formas (ion amonio NH4+ y el nitrato NO3-) es que pueden perderse fácilmente. El nitrato debido a su alta solubilidad se puede lixiviar fácilmente (es arrastrado fácilmente por el agua); mientras que el amonio se puede fijar a las arcillas, impidiendo que la planta pueda absorberlo.

Existe un tipo de fertilizante ampliamente empleado debido a su bajo coste y su alta concentración de nitrógeno (nitrógeno ureico – 46 %). Se trata de la urea. Es un fertilizante de origen orgánico que se puede aplicar directamente en el suelo o a través de fertirrigación ya que es altamente soluble.

Hay que tener precaución con ella porque genera una alta concentración de amonio (reacción ácida) que puede llegar a acidificar el suelo y afectar a la absorción de cationes, especialmente al potasio (por lo que suele ir acompañada del mismo).
Otra anotación respecto a la urea es que, si durante su proceso de fabricación se sobrecaliente, puede producir un compuesto llamado biuret que es tóxico para la planta. Se considera que más de un 1% de biuret produce toxicidad (especialmente en cítricos).

urea

ESQUEMA DEL CICLO DEL NITRÓGENO EN LA NATURALEZA

EL NITRÓGENO EN LOS PRINCIPALES FERTILIZANTES NITROGENADOS

Sulfato amónico
Su composición es de un 21% de nitrógeno amoniacal y un 60% de trióxido de azufre. Su acción es acidificante. El granulado se puede emplear tanto de fondo como de cobertera, mientras que el cristalino, al ser muy soluble, se puede usar en fertirrigación.

Nitrato amónico
Con tiene un 34,5% de nitrógeno, a partes iguales entre nitrógeno nítrico y amoniacal. Es de reacción ácida y se suele emplear en fertirrigación.

nitrato-de-calcio

Nitrosulfato amónico
Está compuesto por un 26% de nitrógeno en dos de sus formas, amoniacal un 19,5 % y nítrica en un 6,5 %. Además, en su composición también hay azufre en un 37 %. Su pH es ácido, por lo que se recomienda en suelos básicos. Se suele emplear preferentemente en cobertera. Como tiene las dos formas, la nítrica se absorbe inmediatamente, mientras que queda un remanente a lo largo del tiempo en forma de nitrógeno amoniacal de absorción lenta.

Nitrato de calcio
Su composición es de un 15,5 % de nitrógeno, siendo un 14,4 % de nitrógeno nítrico y un 1,1 % de nitrógeno amoniacal. También contiene un 27% de calcio. Se recomienda su uso en suelo ácidos, ya que tiene un alto poder alcalino. Es muy soluble por lo que se suele emplear en fertirrigación. No es compatible con el sulfato amónico, fosfato monoamónico, sulfato potásico, nitrato amónico y el ácido fosfórico.

Nitrato amónico cálcico
También llamado Nitramon. Contiene un 27% de nitrógeno desglosado en un 13,5% nítrico y un 13,5% amoniacal. Además, contiene un 7,6% de calcio. Se emplea en suelos ácidos. Se aplica en cobertera y con una ligera lluvia o un pequeño riego le es suficiente para acercarse a la raíz.

Nitrato magnésico
Su composición cuenta con un 11% de nitrógeno nítrico y un 16% de magnesio. Es de reacción ácida.

Urea
Visto en el apartado anterior.

PARA TENER EN CUENTA

A pesar de todas las bondades que tiene el nitrógeno para nuestras plantas, se ha de tener algunas precauciones a la hora de su uso, ya que puede llegar a ser contraproducente:

  • Un exceso de nitrógeno debilita la estructura de la planta creando un desequilibrio entre las partes verdes y las partes leñosas, siendo la planta más sensible al ataque de plagas y enfermedades.
  • Respecto al punto de vista medioambiental, un exceso de lixiviación de los nitratos produce una contaminación de las aguas subterráneas, dando lugar incluso a la proliferación de algas, lo que puede conllevar la muerte de muchos organismos acuáticos (véase el Mar Menor en Murcia).
  • El uso de este tipo de fertilizantes puede llegar a provocar efecto invernadero ya que se desprende oxido nitroso (N2O), siendo este el principal gas emitido por el sector agropecuario.

COMO PODEMOS AYUDARTE

Por todo lo expuesto anteriormente, como punto de partida se han de conocer las necesidades de nitrógeno del cultivo para el potencial productivo de la parcela. Conociendo estas necesidades y sabiendo la cantidad de nitrógeno existente en el suelo, se puede diseñar un plan de abonado específico con las cantidades exactas a aportar, con el consiguiente ahorro de costes.

En Labiser somos especialistas en estos tipos de análisis y podemos planificar su fertilización. Si quieres saber más, pincha aquí.

Calcio: Un macronutriente secundario.

Calcio

El Calcio en las Plantas

El Calcio se encuentra en una concentración muy considerable en la corteza terrestre, hace el número 5 entre todos, con aproximadamente el 3,5%, encontrándose en forma de rocas carbonatadas y sulfatadas como la caliza o el yeso, fluorita, etc.

Es un llamado macronutriente secundario para las plantas junto con el magnesio, esto tiene que ver con la cantidad requerida generalmente por la planta, no con su importancia.

La absorción del calcio por parte de la planta se realiza de forma pasiva, y depende de la humedad en el suelo y la transpiración de la planta.

Condiciones de alta humedad, frío y por tanto baja transpiración hacen que las plantas presenten deficiencias en este elemento.

El calcio se transporta por toda la planta, movilizándose a través del xilema junto con el agua, aunque una vez instalado en los tejidos presenta poca movilidad.

Las funciones principales del calcio. 

epidermis, calcio en la planta

Las funciones más importantes del calcio en las plantas tienen que ver con la estructura de la pared celular manteniéndola unida e interviniendo en la resistencia a enfermedades por la integridad de la pared, junto con el potasio regula la actividad de los estomas por lo tanto influye en el intercambio gaseoso.

Por otro lado interviene en la calidad del fruto, además protege a la planta del choque térmico por altas temperaturas, entre otras funciones.

La ausencia de calcio en las plantas se manifiesta primero en los tejidos jóvenes y en los frutos e incluye los siguientes síntomas:

  • Clorosis, que deriva en necrosis en frutos y hojas jóvenes.
  • Deformaciones en las hojas, como arrugas u hojas partidas.
  • Crecimiento deficiente de las raíces.

Un exceso de Calcio influye en la concentración de algunos nutrientes en la planta como el Potasio y el Magnesio, produciéndose síntomas de carencia de estos elementos.

Los niveles más adecuados en suelo están entre 1500 y 4000 mg/Kg de calcio asimilable. El límite superior no implica toxicidad, pero si puede haber bloqueos de otros elementos como el magnesio o el potasio.

En cuanto a la concentración foliar depende de la planta, en olivar el óptimo va de 1 al 2,5 % del peso en seco de la hoja, 3-5,5 % en naranjos, 2-3 % en almendros o pistacho 1,3-4 %.

Si se ha constatado un déficit de calcio en una analítica de suelo o foliar, debemos corregir esta situación mediante un abonado con fertilizantes minerales u orgánicos, la forma de aplicación y las cantidades deberán establecerse teniendo en cuenta estas analíticas y el tipo de cultivo, de terreno, y el clima de la zona.

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La importancia del Potasio (K)

Suelo agrícola-Potasio

LA IMPORTANCIA DEL POTASIO EN LOS SUELOS

Es un macronutriente fundamental para las plantas, las cuales lo requieren en grandes cantidades, solo superado en algunas ocasiones por el nitrógeno.

El Potasio se encuentra en una concentración considerable en la corteza terrestre, hace el número 7 entre todos, con aproximadamente el 2,59%, encontrándose en rocas que contienen feldespatos las cuales se descomponen en minerales de arcilla. Dentro de las arcillas hay tipos de ellas como las illitas y las esmectitas (arcillas expansivas) que contienen mayor cantidad de potasio.

Potasio del Suelo Agrícola

La absorción del potasio por parte de la planta depende de algunos factores como son la humedad y la temperatura del suelo. Si bajan estas variables la asimilación del elemento también se ve perjudicada.

El potasio se ubica por toda la planta, movilizándose fácilmente de una parte a otra.

Las funciones más importantes del potasio en las plantas tienen que ver con multitud de procesos, entre ellos:

  • La regulación de la apertura de los estomas por lo que regula el intercambio gaseoso (toma de dióxido de carbono y por tanto crecimiento), la falta de potasio aumenta el peligro por estrés hídrico debido a que no puede regular la apertura de los estomas escapando la humedad a través de ellos (evapotranspiración).
  • La activación de enzimas, también incrementa el tamaño y la calidad de las flores y frutos e interviene en la formación de algunas proteínas, entre otras muchas cosas.

La ausencia de potasio en las plantas se manifiesta con síntomas como:

  • Clorosis en hojas adultas, que deriva en necrosis en ápice y bordes de la hoja.
  • Consecuencias de estrés hídrico como defoliaciones intensas o falta de turgencia en la planta.
  • Frutos de menor tamaño, color y cantidad.

Un exceso de potasio influye en la concentración de algunos nutrientes en la planta como el Calcio y el Magnesio, produciéndose síntomas de carencia de estos elementos.

Los niveles más adecuados en suelo están entre 150 y 250 mg/Kg de potasio asimilable.

El límite superior no implica toxicidad, pero si puede haber bloqueos de otros elementos como el magnesio o el calcio.

En cuanto a la concentración foliar depende de la planta, en olivar el óptimo va de 0,8 al 0,3% del peso en seco de la hoja, 0,7-1 % en naranjos, 1-1,5 % en almendros o pistachos 1,8-2 %.

Si se ha constatado un déficit de potasio en una analítica de suelo o foliar, debemos corregir esta situación mediante un abonado con fertilizantes minerales u orgánicos, la forma de aplicación y las cantidades deberán establecerse teniendo en cuenta estas analíticas y el tipo de cultivo y de terreno, ya que en algunos suelos no sería adecuada la fertilización directamente al suelo.

Debemos tener en cuenta que si nuestra finca posee un nivel de potasio medio o alto las dosis que se aplicarían son las que extraiga anualmente nuestro cultivo, es decir, el objetivo es mantener la fertilidad del suelo, contando también con las perdidas por lixiviación debido a la alta movilidad del elemento. Si la concentración es baja debemos, aparte de restituir la extracción del cultivo, ir restableciendo la fertilidad del suelo. Además de ello, la dosis debe ser mayor si la textura de nuestro suelo es arcillosa.

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El Fósforo

EL FÓSFORO EN LAS PLANTAS Y EL SUELO

Se trata de un elemento fundamental para el normal desarrollo de las plantas, formando parte de los llamados macronutrientes, aunque su demanda es menor a la del nitrógeno, potasio o calcio. 

El fósforo se ubica por toda la planta, especialmente en los tejidos jóvenes y en los órganos de reserva.
En una hectárea de terreno suele haber unos 10.500 Kg de fósforo en forma asimilable, aunque una pequeña parte de él (sobre 1 Kg) es directamente aprovechable por las plantas, el resto va incorporándose o saliendo del ciclo del fósforo dependiendo de las condiciones ambientales del suelo.

Las funciones más importantes del fósforo en las plantas son:

  1. Como componente de las membranas celulares
  2. Componente de las enzimas que almacenan y transportan la energía obtenida por la planta en la fotosíntesis para realizar los procesos metabólicos (ADP, ATP, NADPH)
  3. Forma parte del material genético (ADN y ARN) y por lo tanto es fundamental en la división celular y el crecimiento de la planta

Siendo muy importate para el correcto es desarrollo de las raíces.

La carencia de fósforo en las plantas se manifiesta con síntomas generales como:

  • Retraso en la floración.
  • Hojas con manchas rojizo oscuro (casi siempre hojas jóvenes).
  • Clorosis y posterior necrosis en hojas adultas.
  • Baja producción de frutos y semillas.
  • Menor desarrollo de las raíces.

Un exceso de fósforo influye en la concentración de algunos micronutrientes en la planta como el Zinc y el Manganeso

Los niveles más adecuados en suelo están entre 14 y 30 mg/Kg de fósforo asimilable, no obstante, deberíamos tener en cuenta el cultivo, ya que hay algunas plantas más demandantes de este elemento.

En cuanto a la concentración foliar depende de la planta, en olivar el óptimo va de 0,09 al 0,3% del peso en seco de la hoja, 0,1-0,16% en naranjos, 0,1-0,3% en almendros o pistacho 0,14-0,17%.

Si se ha constatado un déficit de fósforo en una analítica de suelo o foliar, debemos corregir esta situación mediante un abonado con fertilizantes minerales u orgánicos, la forma de aplicación y las cantidades deberán establecerse teniendo en cuenta estas analíticas y el tipo de cultivo.

Debemos tener en cuenta que si nuestra finca posee un nivel de fósforo medio o alto las dosis que se aplicarían son las que extraiga anualmente nuestro cultivo, es decir, el objetivo es mantener la fertilidad del suelo. Si la concentración es baja debemos, aparte de restituir la extracción del cultivo, ir restituyendo la fertilidad del suelo. Además de ello, la dosis debe ser mayor si la textura de nuestro suelo es arcillosa.

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Importancia del Nitrógeno en el Suelo y la Hoja

NITRÓGENO. CONCENTRACIONES ADECUADAS EN SUELO Y HOJA

El nitrógeno proviene mayoritariamente de la fijación del mismo procedente de la atmosfera (78 % de la composición del aire de la tierra), ya que las rocas apenas contienen este elemento en su composición. Las formas en las que el nitrógeno llega al suelo de forma natural es a través de la lluvia, los microorganismos fijadores de nitrógeno y la materia orgánica en descomposición.

Por todo ello, podemos determinar que la mayoría del nitrógeno presente en el suelo (90-95%) está en forma orgánica, no directamente asimilable por las plantas, debe mineralizarse pasando a formas que las plantas puedan tomar (ion nitrato e ion amonio).

Todo ello forma parte del denominado “ciclo del nitrógeno” que son las transformaciones, entradas y salidas del nitrógeno en la naturaleza. Como entradas están la aportación del agua (riego y lluvia), la fijación de los microorganismos, la mineralización de la materia orgánica o el abonado realizado. Como salidas del sistema están la lixiviación, volatilización, inmovilización, etc.

 

Nitrógeno en la Hoja
Nitrógeno en el Suelo

Las funciones del nitrógeno en la planta son muy importantes, entre otras, forma parte de las proteínas (a través de los aminoácidos) y por lo tanto parte fundamental de muchas enzimas, también los ácidos nucleicos (bases nitrogenadas del ADN y ARN), fundamental en la síntesis y composición de la clorofila y en la creación de hormonas vegetales. Todo ello lo hace un elemento esencial para el crecimiento vegetativo de las plantas.

No obstante, para el adecuado desarrollo, la concentración de nitrógeno en los tejidos vegetales y en el suelo, debe de estar en unos valores determinados, ya que una concentración baja incide en el adecuado desarrollo de la planta. Además de ello, una concentración alta puede derivar en problemas originados en un excesivo crecimiento de los brotes, como el aumento de la susceptibilidad a los ataques de plagas y enfermedades o a las heladas.

Las concentraciones en suelo deben de estar entre 0,1 y el 0,4 % y la relación entre la materia orgánica y el nitrógeno presentes en el suelo ha de encontrarse en una horquilla entre 8 y 14.

En cuanto a la concentración en hoja la cantidad es diferente respecto a la especie vegetal analizada, así en el olivar ha de estar entre el 1,5-2% del peso seco de la hoja, en la vid entre 2 y 2,8%, en almendro desde 2,2 a 2,5% o en el pistachero entre 1,9 y 2,9%.

La manera de corregir deficiencias en este elemento es mediante la fertilización con abonos nitrogenados minerales u orgánicos (al suelo o vía foliar) o mediante la adición al suelo de materia orgánica fresca (estiércoles, restos vegetales del cultivo, etc) o ya humificada, la cual va añadiendo nitrógeno al suelo.

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Metodología de Toma de Muestras de Suelo

Metodología de toma de muestras de suelo

CÓMO REALIZAR UNA CORRECTA TOMA DE MUESTRAS DE SUELO.

En este artículo pretendemos ofrecer una explicación de como llevar a cabo la correcta toma de muestras para su análisis posterior en el laboratorio.

La planificación y ejecución del muestreo de la tierra para realizar una analítica es tan importante como la propia analítica, y muchas veces no se reflexiona sobre muchos aspectos de su problemática.

Para realizar un buen muestreo en una finca tenemos que tomar las siguientes pautas, estudiándolo con anterioridad:

  1. Tipo de analítica a realizar. Época adecuada.
  2. Características de la parcela. Extensión, geomorfología, cultivos (leñosos o herbáceos) presentes, etc.
  3. Una vez que hemos definido los puntos anteriores tenemos que establecer una división de la parcela en zonas homogéneas, en cuanto a suelos similares se refiere (igual color, textura, etc).
  4. De cada zona homogénea tenemos que decidir un recorrido por dicha zona y el número de submuestras que van a formar cada muestra.
  5. Una vez que hayamos tomado esas muestras las tenemos que conservar y llevar al laboratorio de forma adecuada.

Vamos a contestar a todas estas incógnitas para que cualquier persona pueda planificar un muestreo en su parcela y que el mismo aporte, al realizarse la analítica, la información que necesite para mejorar su cultivo.

TIPO DE ANALÍTICA A REALIZAR Y ÉPOCA ADECUADA

En primer lugar, antes de nada, debemos reflexionar sobre el tipo de analítica a realizar, que está directamente relacionado al problema que queremos resolver. Esta simple pregunta va a condicionar todo lo demás.

Por ejemplo, si estimamos que nuestras plantas tienen problemas de clorosis férrica podemos determinar tan solo con una analítica de pH y de caliza activa del suelo este extremo, actuando con abonados de quelatos y aportando el hierro que no está disponible para la planta por el elevado pH del suelo.

En cuanto a la época de muestreo tan solo debemos de tener en cuenta que se deje un tiempo si se ha abonado el suelo (1 mes al menos), y que es más adecuado en épocas de menos lluvias por el lavado de algunos nutrientes.

CARACTERÍSTICAS DE LA PARCELA

El segundo paso que debemos dar es definir la parcela que tenemos. Lo primero que estimaríamos es su extensión, por lógica cuanto más grande sea la parcela más muestras tendremos que tomar, aunque este extremo no es del todo cierto y se relaciona con la uniformidad del suelo que se analizará más adelante.

El siguiente punto a estimar es el tipo de cultivo que tenemos, la muestra para un cultivo leñoso se deberá de tomar más profundamente que para un cultivo herbáceo, debido a que las raíces de una leñosa son más profundas que los de una herbácea.

DIVISIÓN DE LA PARCELA

Quizás está sea la parte más importante, la subdivisión de la parcela. Nadie conoce mejor que el propietario las características de una parcela, en la mayoría de los casos la extensión y heterogeneidad de la misma aconsejan dividirla en varias partes y obtener una muestra para análisis de cada una de ellas.

Normalmente podemos tener mucha información por el color del suelo (grado de oxidación del hierro, cantidad de materia orgánica, etc), o si la textura es diferente (mas arenosa o arcillosa).

Sea con estos argumentos u otros, conviene subdividir la parcela si no es completamente homogénea.

RECORRIDO Y SUBMUESTRAS

Una vez establecida la subdivisión estimamos el número de submuestras que tomaremos, en este caso el número de las mismas dependerá del tamaño de las parcelas. A modo de ejemplo podemos decir que en una parcela homogénea podríamos coger una submuestra por hectárea. El recorrido para tomar las submuestras puede ser totalmente aleatorio o siguiendo líneas diagonales, zig-zag, etc.

FORMA DE RECOGIDA DE LA MUESTRA

Ejemplo de recorrido aleatorio y toma de submuestras de una parcela:

muestra suelo labiser

La forma de tomar la muestra se detalla en este dibujo:

forma de tomar muestra

Se realiza un orificio en forma de V donde previamente se han retirado los 2-5 primeros centímetros (según la materia orgánica que haya). De esa V se retira una de las paredes de abajo a arriba y se recoge en una bolsa. Se sigue el recorrido en los puntos establecidos y se mezclan todas las submuestras recogidas obteniéndose una muestra de 1-2 Kg que es la que se lleva al laboratorio.

CONSERVACIÓN Y ENVÍO AL LABORATORIO

Las muestras se pueden envasar en bolsas de plástico gruesas. Es conveniente detallar en una etiqueta los aspectos más relevantes a tener en cuenta como:

Nombre de la finca
Fecha de toma de muestras
Cantidad de hectáreas
Tipo de cultivo

Muchas veces es conveniente utilizar doble bolsa para evitar posibles roturas durante la manipulación de la muestra.
Conservar la muestra en lugar fresco y enviar lo antes posible al Laboratorio. Mientras menos tiempo transcurra, más fidedignos serán los resultados.
Si la muestra no se va a enviar de inmediato, no mantenerla en zonas muy húmedas. Sería conveniente secarlas sobre una lona o plástico formando una capa no mayor a 2 ó 3 cm de altura, teniendo la precaución de deshacer los terrones.

NÚMERO DE MUESTRAS A TOMAR

De forma general, lo ideal es tomar 1 muestra por cada 10 hectáreas de terreno. Esto puede verse alterado por las características de cada suelo (color, textura, orografía, etc.). Consúltanos si tienes cualquier duda.

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