Se define como suelo salino el que tiene una gran cantidad de sales solubles, las cuales pueden causar problemas en los cultivos.
Los cationes y aniones más comunes presentes en el suelo son Ca2+, Mg2+, Na+, K+, HCO32-, SO42-, Cl– CO32- y NO3–.
De entre ellos los que más normalmente se pueden encontrar a niveles tóxicos para las plantas son el sodio, el cloro y el boro.
Normalmente los suelos salinos suelen localizarse en zonas climáticas que se corresponden con territorios áridos y semiáridos. No obstante, esto no quiere decir que no se puedan producir fenómenos de salinización en otros tipos de climas, por ello vamos a describir algunos de los procesos que ocasionan que los suelos se originen o transformen en salinos.
1º Material parental. Hay rocas formadas por algunas de estas sales y minerales que contienen estos elementos, los cuales pasan a formar parte del suelo por las alteraciones o meteorización de estas rocas (temperatura, agua, viento, vegetación, etc).
2º Sal disuelta en agua. Al producirse escorrentías tras las lluvias, el agua arrastra sales del suelo acumulándose en zonas bajas, cuando el agua se evapora aumenta la concentración de estas sales.
3º Existencia de una capa freática superficial con sales disueltas en el agua. Las sales disueltas en estas aguas llegarían a la superficie por fenómenos de capilaridad. Más común en zonas bajas.
4º En zonas costeras por capa freática marina o por acción de los vientos que soplan desde el mar y que están cargados de sal.
5º Uso de fertilizantes de manera abusiva. Se contaminan acuíferos por la utilización de los abonos más solubles como los nitratos. Tras esta contaminación el agua de los acuíferos pasaría al riego y de allí a los suelos agrícolas. Este fenómeno se ve incrementado en climas más secos.
6º Calidad del agua de riego. Si no sabemos la concentración en sales del agua con la que regamos, podemos incrementar su presencia en el suelo.
Las características generales de un suelo salino son:
De entre ellos es la conductividad eléctrica la que nos advierte de manera más fehaciente de que nos encontramos ante un suelo salino. La conductividad eléctrica nos indica la velocidad con la que la electricidad atraviesa una solución, esta velocidad es proporcional a la concentración de sales
en la solución.
De forma general podríamos indicar las siguientes categorías:
Conozca el estado de su suelo
Algunas plantas desarrollan habilidades para subsistir en suelos con alta concentración de sales, es decir, desarrollan cierta tolerancia a la salinidad. Dicha tolerancia depende de la especie y se mide con respecto a su propia supervivencia, desarrollo y rendimiento, además también se compara el rendimiento de la planta en el suelo salino respecto a su rendimiento en un suelo normal, con las mismas condiciones de cultivo en ambos casos.
Estas dos medidas nos dan información para clasificar a los cultivos respecto a su tolerancia a los sustratos con alta concentración de sales.
Entre las especies sensibles estarían, entre otros, el albaricoquero, la cebolla, el ciruelo, el naranjo o la fresa. Entre las moderadamente sensibles el arroz, la lechuga, el brócoli y la patata. Moderadamente tolerantes serían el trigo o la soja. Por último, un ejemplo de especies tolerantes a la salinidad del suelo son los espárragos, la remolacha y el algodón.
En general el principal síntoma en las plantas que induce la salinidad se manifiesta como un estrés hídrico, y según la concentración de sal en el suelo el cultivo reduce su crecimiento y producción en mayor o menor medida. Se reduce la actividad fotosintética y se incrementa el consumo de energía ya que la planta tiene que tomar el agua en contra del potencial (Al haber más concentración de sales en el suelo que en la planta, el agua tiende a salir de la misma hacía el suelo debido al potencial osmótico). Este gasto de energía provoca que no se puedan destinar más recursos al crecimiento de la planta o a la producción de semillas y crecimiento de los frutos. Algunos síntomas visuales son la clorosis y necrosis en los bordes de las hojas, el crecimiento disminuido en hojas y otros órganos como hemos reflejado anteriormente, etc.
Como los síntomas evidentes suelen aparecer con el tiempo, lo mejor es realizar antes de comenzar el cultivo, analíticas de suelo donde uno de los parámetros analizados sea la conductividad eléctrica, de esta manera conoceremos la aptitud de la especie que queremos cultivar ante la salinidad del suelo reflejada en la conductividad.
Hay que tener en cuenta, que cuando se haga el muestreo para analizar el suelo de una finca, puede haber una gran variabilidad de concentración de sales a lo largo de su superficie. Por lo que realizar un buen muestreo (testear zonas bajas y fondos de valle, tipos de regadío que sean más susceptibles de salinizar el suelo, etc) es lo adecuado.
La principal acción a realizar en los suelos salinos, aunque decirlo es lo obvio, es reducir el contenido de sales en el mismo. Para ello hay diferentes métodos que pueden mejorar el suelo, podríamos englobarlos en:
1º Laboreo a gran profundidad. El método se fundamenta en el paso de un arado a una profundidad mayor de 40 cm. Se emplea en suelos con estratos compactados entre otros más sueltos y permeables.
2º Subsolado. Se usa para romper capas impermeables y profundas que no dejan pasar el agua (horizontes de acumulación petrocálcicos, de arcilla, etc). La acción no es a largo plazo ya que las capas se vuelven a formar. Hay que tener cuidado con la utilización de este método, ya que, si hay capas freáticas salinas al romperse la capa impermeable por el subsolado puede ascender esta agua salina hasta nuestro suelo.
3º Invertir perfiles del suelo. Si sabemos que los horizontes más profundos tienen mejores características que los superficiales, se cambian, pasando los más profundos a ser superficiales y al revés.
1º Adición de materia orgánica. La incorporación de estiércoles, purines, compost o restos vegetales, mejora la permeabilidad y la estructura del suelo mejorando la infiltración del agua y evitando que las sales que contenga el agua se queden.
2º Establecimiento de especies tolerantes a la salinidad.
1º Lavado de los suelos. Los objetivos que se pretenden conseguir son el mantenimiento del nivel freático para que no asciendan sales y reducir el contenido de las sales solubles en el suelo y la zona próxima a las raíces mediante lavado y drenaje del agua aportado en el riego. Para ello debemos calcular el agua necesaria en el riego, que depende de la salinidad del agua que estamos usando, la época en la que establecemos los riegos, la evapotranspiración del cultivo, la salinidad del suelo, etc.
2º Riego eficiente. No es tanto un método de recuperación de suelos salinos, sino más bien para evitar su salinización o para poder utilizar aguas que no podríamos usar con otros métodos de riego por su gran contenido en sales.
La utilización de aguas con elevados contenidos de sal en formas de riego poco eficientes (riegos a manta), ha provocado la salinización de muchas hectáreas de regadío.
Como resumen, debemos concluir la problemática que suponen los suelos salinos para la producción vegetal. Además, la recuperación de estos suelos es lenta y costosa con lo que es más adecuado adaptarse a su problemática estableciendo cultivos más tolerantes, prácticas culturales en el terreno que faciliten el drenaje y el lavado, abonados con materia orgánica o riegos localizados.
Todas estas soluciones se deben de adaptar a nuestro terreno, del cual debemos conocer la morfología del terreno, la estructura, textura, pH y conductividad eléctrica para realizar actuación más adecuada.
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